Aunque no lo parezca, las invitaciones de boda revelan a los invitados toda la información que necesitarán saber al momento de asistir a la celebración.
Más allá de la fecha y lugar, en cada uno de los detalles de la tarjeta se define el tipo de evento al que están siendo invitados, como la vestimenta e incluso, muchas veces, el regalo más apropiado que deberán enviar.
Características de las invitaciones de boda
Así como una tarjeta de presentación personal, las invitaciones de boda cumplen también la función de dar una primera imagen de lo que será el futuro evento: son la primera impresión que los invitados tendrán. Es por esto que prestarle atención y cuidar cada detalle es un primer paso fundamental para que cada uno de los asistentes quede encantado y honrado de haber sido incluido en la lista de invitados.
Elegancia y claridad ante todo
Una de las primeras cosas que hay que tomar en cuenta son las normas de etiqueta y protocolo de invitaciones de boda. Si se sigue al pie de la letra no sólo la invitación quedará muy elegante, sino que se evitarán malos entendidos con los invitados en cuanto a detalles como la vestimenta y la cantidad de personas que están siendo invitadas. Esto último es de vital importancia en una organización eficiente y, además, a nadie le gustan invitados adicionales que no estaban contemplados en la lista.
Para empezar, el destinatario de la invitación suele definir sobre entendidamente el número de invitados. Por ejemplo: Cuando se invita a una pareja casada se destina al esposo y su señora: “Sr. Manuel Gonzalez y Sra.”, lo cual define que están invitadas dos personas.
Si se desea invitar a sus hijos debe dirigirse al cabeza de familia: “Sr. Manuel Gonzalez y Familia” o, en si se quiere se aún más específico, “Sr. Manuel Gonzalez, Sra. e hijos”.
En el destinatario también deben ser tomadas otras normas de etiqueta de suma importancia:
En el caso de una mujer divorciada, lo ideal es colocar su apellido de soltera.
Para invitaciones de solteros se coloca Sr. O Srta. Es opcional colocar la opción de acompañante.
Cuando es una mujer viuda, se invita con su apellido de soltera seguido de “Viuda de…” y el apellido de su difunto esposo.
En invitaciones de boda no se toman en cuenta los títulos profesionales ni militares.
¿Quiénes deben invitar?
Según la etiqueta y protocolo, a una boda deben invitar los padres de los novios por lo que las tarjetas deben estar encabezadas por sus nombres completos: los de la novia a la izquierda y lo de los novios a la derecha. En caso de que alguno haya fallecido, debe acompañarse su nombre de una cruz.
Los nombres de pila de los novios deben estar en una fuente de mayor tamaño y de forma centrada en la invitación. En algunos casos, como cuando son segundas nupcias o los contrayentes son muy mayores, es aceptado que quienes inviten sean directamente los novios.
Posteriormente deben ser indicados la fecha, lugar y hora de la ceremonia religiosa y la recepción. También debe incluirse la dirección de la novia para el envío de los regalos de boda y el tipo de vestimenta que requiere la asistencia.
Otros detalles en las invitaciones de boda
Se acostumbra, muchas veces, incluir a las personas más allegadas una pequeña tarjeta adicional invitando a la ceremonia religiosa con carácter de padrinos.
Cualquier otra información adicional también debe colocarse en una pequeña tarjeta aparte.
Lo ideal es encargar las invitaciones boda al menos tres meses antes de la celebración y repartirse con un mínimo de un mes de antelación.
La cantidad de invitaciones dependerá de la lista de invitados, pero siempre deberá encargarse al menos 10% más de la cantidad por si se incluyen invitados a última hora.
Lo ideal es, como siempre, es buscar la asesoría de expertos con experiencia e incluso recomendados para poder diseñar invitaciones de boda con buen gusto, elegancia y claridad que representen de manera honorable tan importante acontecimiento y muestren el debido respeto a cada uno de los invitados a la celebración.