Un reciente estudio ha arrojado luz sobre un dato sorprendente y alentador: el 80% de los casos de cáncer podrían prevenirse con cambios en el estilo de vida. Esta investigación subraya la importancia de hábitos diarios como una alimentación balanceada, la actividad física regular, evitar el consumo de tabaco y el alcohol en exceso, y protegerse de la exposición al sol.
El cáncer sigue siendo una de las principales causas de muerte a nivel mundial, pero la buena noticia es que, según los expertos, la mayoría de los factores de riesgo que contribuyen al desarrollo de esta enfermedad están bajo nuestro control.
Así es como se puede prevenir en cáncer
A continuación, te explicamos qué hábitos son clave para reducir tu riesgo de desarrollar cáncer y cómo puedes empezar a implementarlos.
1. Alimentación rica en nutrientes y compuestos protectores
Un estudio del World Cancer Research Fund (WCRF) indica que hasta el 30% de los cánceres en todo el mundo están relacionados con una dieta poco saludable. Las dietas ricas en frutas, verduras, granos integrales y legumbres están asociadas con un menor riesgo de cáncer, especialmente el cáncer de colon y el cáncer gastrointestinal.
Estos alimentos contienen fitoquímicos, antioxidantes y fibra, que ayudan a proteger las células del daño y promueven un microbioma intestinal saludable, un factor clave para reducir la inflamación y prevenir la formación de tumores.
Por ejemplo, estudios revisados por la American Cancer Society (ACS) han demostrado que el licopeno en los tomates y el sulforafano en el brócoli son compuestos que han mostrado efectos anticancerígenos al ayudar a desactivar agentes cancerígenos antes de que puedan dañar el ADN celular.
Además, la fibra dietética reduce el riesgo de cáncer colorrectal al acelerar el tránsito intestinal, lo que reduce la exposición prolongada del colon a sustancias potencialmente cancerígenas. El WCRF recomienda una ingesta mínima de 30 gramos de fibra al día para obtener estos beneficios.
2. Actividad física regular
El National Cancer Institute (NCI) de Estados Unidos confirma que la actividad física está directamente relacionada con la reducción del riesgo de varios tipos de cáncer, incluidos el cáncer de mama, colon, endometrio y pulmón. Según estudios de la American College of Sports Medicine (ACSM), realizar al menos 150 minutos de actividad física moderada a la semana (o 75 minutos de actividad intensa) está asociado con una disminución significativa en la incidencia de estos cánceres.
La actividad física no solo ayuda a mantener un peso corporal saludable, sino que también mejora la función inmune, regula los niveles hormonales (como el estrógeno y la insulina) y reduce la inflamación, todos factores importantes para prevenir el desarrollo de tumores.
3. Control del peso corporal y grasa abdominal
El sobrepeso y la obesidad están directamente vinculados con varios tipos de cáncer, incluidos los de mama, útero, colon, esófago, páncreas y riñón, según investigaciones del International Agency for Research on Cancer (IARC). El tejido adiposo (grasa corporal), especialmente el que se acumula en la región abdominal, produce hormonas y factores inflamatorios que pueden promover el crecimiento de células cancerosas.
Mantener un peso saludable, con un índice de masa corporal (IMC) adecuado, es una estrategia fundamental para reducir el riesgo de cáncer. El NCI y el WCRF recomiendan que las personas controlen regularmente su peso y eviten los aumentos bruscos de peso en la vida adulta.
4. Evitar el consumo de tabaco
El tabaco es la principal causa de cáncer prevenible en el mundo, siendo responsable de aproximadamente el 22% de las muertes por cáncer, según la OMS. El American Cancer Society establece que fumar está relacionado con al menos 15 tipos diferentes de cáncer, incluidos los de pulmón, boca, esófago, vejiga y páncreas.
La exposición pasiva al humo del tabaco también es peligrosa y aumenta el riesgo de cáncer, incluso en no fumadores. Dejar de fumar reduce drásticamente el riesgo de cáncer, incluso si se ha sido fumador durante muchos años.
5. Protección solar adecuada
La OMS y la Skin Cancer Foundation advierten que la exposición excesiva a los rayos ultravioleta (UV) del sol es la principal causa del cáncer de piel, incluido el melanoma, el tipo de cáncer de piel más mortal. Aproximadamente el 90% de los casos de melanoma están relacionados con la exposición al sol, según la American Academy of Dermatology (AAD).
El uso de protector solar con un SPF 30 o superior, evitar las horas pico de radiación solar (entre las 10 a.m. y 4 p.m.) y llevar ropa protectora son medidas cruciales para prevenir el daño por radiación UV, que puede provocar mutaciones en el ADN de las células de la piel.
6. Limitación del alcohol
El alcohol está relacionado con al menos 7 tipos de cáncer, incluidos el de boca, garganta, esófago, hígado, colon, mama y páncreas, según la IARC. El riesgo aumenta con la cantidad de alcohol consumido. Las directrices de la American Cancer Society sugieren limitar el consumo de alcohol a una bebida por día para las mujeres y dos para los hombres, o eliminarlo por completo.
El alcohol puede dañar el ADN y las células del cuerpo, lo que aumenta el riesgo de cáncer. Además, en combinación con el tabaco, el riesgo de cáncer en las vías digestivas superiores aumenta considerablemente.
Prevenir el cáncer está en tus manos
Si bien algunos factores de riesgo como la genética no pueden controlarse, esta investigación revela que hasta el 80% de los cánceres se pueden prevenir mediante cambios simples en el estilo de vida. Adoptar una dieta saludable, mantener una vida activa, evitar el tabaco y el exceso de alcohol, y protegerse del sol son pasos esenciales que pueden hacer una gran diferencia en tu salud a largo plazo.
Recuerda que la prevención es clave, y hacer estos cambios no solo reducirá tu riesgo de cáncer, sino que también mejorará tu calidad de vida en general.