Las personas que duermen con la puerta cerrada de su cuarto consiguen un mejor descanso, según diversos estudios

Dormir con la puerta del dormitorio cerrada no es solo una cuestión de privacidad, sino que también puede tener un impacto positivo en la calidad del sueño. Según varios estudios, esta simple práctica ayuda a mejorar el descanso, reducir interrupciones y, en algunos casos, incluso aumentar la sensación de seguridad y bienestar durante la noche.

Aunque parezca un detalle menor, cerrar la puerta del cuarto tiene efectos importantes sobre el ambiente en el que dormimos, lo que a su vez se traduce en un descanso más profundo y reparador.

La puerta cerrada influye en la calidad del sueño

Veamos a continuación por qué dormir con la puerta cerrada puede ayudarte a conseguir un mejor sueño, según los hallazgos de la investigación.

1. Reducción del ruido ambiental

Uno de los principales beneficios de dormir con la puerta cerrada es la reducción de los ruidos externos. Según un estudio publicado en el Journal of Sound and Vibration, los sonidos externos y repentinos pueden afectar las etapas de sueño profundo, reduciendo la calidad del descanso.

Cerrar la puerta crea una barrera natural que disminuye la cantidad de ruido que ingresa al dormitorio, manteniendo el ambiente más tranquilo y evitando interrupciones que podrían despertarte o dificultar la entrada en etapas de sueño profundo.

2. Regulación de la temperatura y flujo de aire

Cerrar la puerta del dormitorio también contribuye a mantener una temperatura más estable en la habitación, ya que el flujo de aire no se mezcla con otras áreas de la casa.

Esto puede ser especialmente beneficioso en climas fríos o calurosos, ya que permite que la calefacción o el aire acondicionado mantengan el ambiente a una temperatura óptima. Según la Fundación Nacional del Sueño (National Sleep Foundation), una temperatura fresca y constante es ideal para conciliar el sueño y mantenerlo durante toda la noche.

3. Mayor sensación de seguridad y bienestar

Estudios psicológicos han demostrado que la percepción de seguridad es un factor importante para lograr un buen descanso. Al dormir con la puerta cerrada, se crea un espacio privado y delimitado, lo cual contribuye a una mayor sensación de protección. Esta práctica puede ser particularmente beneficiosa para quienes tienen el sueño ligero o sienten ansiedad al dormir, ya que el ambiente cerrado ayuda a reducir el estrés y la alerta ante posibles ruidos o interrupciones.

4. Protección ante emergencias y aumento de la supervivencia

Además de mejorar la calidad del sueño, dormir con la puerta cerrada también puede ser una medida de seguridad. Un estudio de la National Fire Protection Association (NFPA) indica que cerrar la puerta del dormitorio puede aumentar significativamente las probabilidades de supervivencia en caso de incendio.

La puerta cerrada actúa como una barrera que bloquea el humo y el calor, lo que da tiempo adicional para reaccionar y salir de la vivienda de manera segura. Este dato puede resultar sorprendente, pero añade una razón más para considerar esta práctica nocturna.

5. Creación de una rutina para mejorar el sueño

Dormir con la puerta cerrada también puede integrarse como parte de una rutina nocturna que indique al cuerpo y la mente que es momento de descansar. Según expertos en sueño, una rutina que incluya ciertos hábitos, como cerrar la puerta o apagar luces y dispositivos, ayuda a condicionar al cerebro para entrar en un estado de descanso. Con el tiempo, esta costumbre puede contribuir a conciliar el sueño más rápido y a dormir de manera más reparadora.

Consejos para un descanso aún mejor

Para maximizar los beneficios de dormir con la puerta cerrada, aquí tienes algunos consejos adicionales:

  • Asegúrate de que el dormitorio esté bien ventilado: Si bien cerrar la puerta ayuda a reducir los ruidos y estabilizar la temperatura, es importante que el cuarto esté bien ventilado. Una ventana abierta o un purificador de aire pueden mejorar la calidad del aire en el dormitorio.
  • Crea una atmósfera relajante: Además de cerrar la puerta, reduce las fuentes de luz y el ruido dentro del cuarto. Las cortinas opacas, los tapones para los oídos o las máquinas de ruido blanco son opciones que pueden mejorar el ambiente de descanso.
  • Mantén una temperatura adecuada: Procura que el dormitorio esté a una temperatura fresca, idealmente entre 18 y 20 grados Celsius, según lo recomendado por expertos en sueño.

Dormir con la puerta cerrada no solo brinda privacidad, sino que también mejora el ambiente de descanso, disminuye el ruido y ayuda a crear una sensación de seguridad. Incorporar esta sencilla práctica puede tener un impacto positivo en la calidad de tu sueño, permitiéndote descansar de forma más profunda y reparadora cada noche.