Estas son las 10 cosas que por nada del mundo deberías limpiar con bicarbonato de sodio

El bicarbonato de sodio es uno de los productos de limpieza más versátiles que existe. Su capacidad para eliminar olores, desinfectar y desincrustar manchas lo convierte en un aliado imprescindible en muchos hogares. Sin embargo, a pesar de sus múltiples beneficios, no todo puede limpiarse con bicarbonato de sodio.

Este compuesto químico, aunque efectivo, tiene una textura abrasiva y un pH alcalino que puede dañar ciertos materiales y superficies de manera irreversible.

Evita usar bicarbonato sobre estos objetos y superficies

A continuación, te presentamos una lista detallada de 10 cosas que por nada del mundo deberías limpiar con bicarbonato de sodio, para que evites problemas y conserves en buen estado tus pertenencias.

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1. Superficies de aluminio

El bicarbonato de sodio es un producto alcalino que puede causar reacciones químicas en superficies metálicas, especialmente en el aluminio. Cuando se aplica bicarbonato en objetos de aluminio, puede reaccionar con el metal, provocando un proceso de oxidación y creando manchas negras en la superficie. Esta reacción no solo afecta la apariencia del aluminio, sino que también puede debilitar la estructura del metal con el tiempo. En su lugar, se recomienda limpiar el aluminio con productos neutros o detergentes suaves para conservar su brillo y evitar daños.

2. Superficies de mármol y granito

El mármol y el granito son materiales porosos y sensibles a los productos abrasivos, y el bicarbonato de sodio puede dañar su superficie. Debido a su naturaleza alcalina y su textura ligeramente abrasiva, el bicarbonato puede desgastar el mármol y el granito con el tiempo, provocando manchas y un acabado opaco.

Además, estos materiales suelen tener selladores que pueden degradarse al contacto con el bicarbonato, afectando su resistencia y durabilidad. Para limpiar mármol y granito, es mejor utilizar limpiadores específicos para piedras naturales que mantengan su brillo y no dañen su estructura.

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3. Electrodomésticos con revestimiento antiadherente

Los electrodomésticos de cocina, como las sartenes y ollas antiadherentes, están recubiertos con materiales delicados que pueden dañarse fácilmente con productos abrasivos. El bicarbonato de sodio, al tener una textura granulosa, puede rayar y desgastar el revestimiento antiadherente, reduciendo su efectividad y facilitando que los alimentos se adhieran a la superficie.

Una vez que el revestimiento antiadherente se daña, el electrodoméstico pierde su función principal y puede liberar sustancias químicas perjudiciales para la salud. En estos casos, es preferible usar detergentes suaves y esponjas no abrasivas para proteger el recubrimiento.

4. Superficies de vidrio y espejos

Aunque el bicarbonato de sodio es seguro para limpiar muchas superficies, el vidrio y los espejos no son compatibles con su textura abrasiva. El uso de bicarbonato en estas superficies puede provocar arañazos, especialmente en vidrios finos o espejos con recubrimientos delicados. Incluso si los rayones no son visibles a simple vista, con el tiempo pueden acumularse, haciendo que el vidrio pierda su transparencia y se vuelva opaco. Para limpiar vidrios y espejos, es mejor optar por limpiadores específicos para cristal o una mezcla de agua y vinagre para lograr un brillo sin daños.

5. Madera sin tratar o envejecida

La madera sin tratar o envejecida es un material que requiere cuidados especiales. Al ser porosa, puede absorber fácilmente productos aplicados en su superficie. Cuando se utiliza bicarbonato de sodio en este tipo de madera, puede introducirse en los poros y provocar decoloración o desgaste.

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Además, el bicarbonato puede resecar la madera, haciéndola más susceptible a las grietas y a un deterioro prematuro. Para cuidar adecuadamente la madera, especialmente la sin tratar, es recomendable utilizar aceites naturales o productos específicos para madera que la nutran y mantengan en buen estado.

6. Piel y cuero

El cuero es un material delicado que requiere hidratación y cuidados especiales para mantenerse en buen estado. Limpiar objetos de cuero o piel con bicarbonato de sodio puede provocar que el material se reseque y agriete, perdiendo su flexibilidad y suavidad.

El bicarbonato puede absorber los aceites naturales del cuero, dejándolo seco y propenso a daños. Para limpiar el cuero, es mejor optar por limpiadores específicos para este material o usar un paño suave ligeramente humedecido con agua para mantener la integridad y aspecto del cuero.

7. Ropa de lana o seda

La lana y la seda son telas delicadas que necesitan un cuidado especial. El bicarbonato de sodio, al ser un agente alcalino y ligeramente abrasivo, puede dañar las fibras de estas telas y afectar su suavidad y textura. La lana puede volverse áspera y la seda puede perder su brillo, lo que afecta la apariencia y durabilidad de la prenda.

En su lugar, es recomendable lavar la ropa de lana o seda con detergentes específicos para prendas delicadas y a mano, para evitar el deterioro de las fibras.

8. Juntas y azulejos de colores oscuros

Aunque el bicarbonato es eficaz para limpiar juntas y azulejos, puede afectar los azulejos de colores oscuros. El bicarbonato puede actuar como un agente blanqueador en las juntas de colores, causando decoloración y manchas permanentes.

En el caso de los azulejos oscuros, el bicarbonato puede dejar residuos blanquecinos que son difíciles de remover y que pueden afectar el acabado. Es mejor usar limpiadores neutros o especializados para juntas y azulejos oscuros para evitar la decoloración y mantener la estética de los espacios.

9. Superficies chapadas en oro o plata

Las superficies chapadas en oro o plata son delicadas y pueden rayarse fácilmente. El bicarbonato de sodio puede desgastar el recubrimiento y hacer que el oro o la plata pierdan su brillo original. Además, su uso en piezas chapadas puede reducir la durabilidad del chapado y hacer que el metal base sea visible en algunos puntos. Para limpiar superficies chapadas en oro o plata, se recomienda usar paños suaves o soluciones específicas que no alteren la superficie ni afecten el recubrimiento.

10. Electrodomésticos de acero inoxidable

Aunque el bicarbonato es seguro en algunos metales, su uso en acero inoxidable, especialmente en superficies de electrodomésticos, puede dejar rayones o hacer que el acabado pierda su brillo característico.

El acero inoxidable se ve afectado por la fricción de los gránulos de bicarbonato, lo que puede generar pequeños arañazos y residuos opacos que son difíciles de eliminar. Para limpiar este material, es mejor usar productos diseñados específicamente para acero inoxidable o una mezcla de agua y jabón suave que no afecte su apariencia.

Estos 10 elementos y materiales requieren de cuidados especiales y no deben limpiarse con bicarbonato de sodio para evitar daños irreversibles. En su lugar, es recomendable optar por productos de limpieza específicos para cada material, asegurando que se mantengan en buen estado y conservando su aspecto original.