El mito de las velas aromáticas: ¿Sabías que algunas liberan compuestos cancerígenos?

Las velas aromáticas son un elemento popular en muchos hogares, utilizadas para crear ambientes acogedores, relajantes o románticos. Sin embargo, detrás de sus agradables fragancias y luces cálidas, algunas velas esconden un problema preocupante: la liberación de compuestos químicos potencialmente peligrosos para la salud, incluidos aquellos con efectos cancerígenos.

Este tema ha generado controversia en los últimos años, revelando que no todas las velas son tan inofensivas como parecen.

¿Qué contienen las velas aromáticas?

La composición de las velas aromáticas puede variar, pero muchas están hechas de parafina, un derivado del petróleo, y contienen fragancias sintéticas y colorantes. Al quemarse, estos componentes pueden liberar una mezcla de sustancias químicas en el aire, algunas de las cuales están relacionadas con riesgos para la salud.

Entre los compuestos liberados, los más preocupantes incluyen:

  • Benceno y tolueno: Estos hidrocarburos aromáticos se generan al quemar parafina. El benceno está clasificado como un carcinógeno conocido, mientras que el tolueno puede afectar el sistema nervioso y la función respiratoria.
  • Formaldehído: Un compuesto químico que puede liberarse de fragancias sintéticas y colorantes. Está relacionado con problemas respiratorios y riesgos de cáncer con exposición prolongada.
  • Ftalatos: Utilizados para estabilizar fragancias, estos compuestos están asociados con trastornos hormonales y reproductivos.
  • Partículas ultrafinas: Al quemarse, las velas liberan partículas diminutas que pueden ser inhaladas, penetrando profundamente en los pulmones y aumentando el riesgo de enfermedades respiratorias.

¿Cómo afectan estos compuestos a tu salud?

La exposición a estos compuestos no ocurre de manera inmediata, pero su acumulación a lo largo del tiempo puede tener efectos significativos en la salud. Algunos de los riesgos asociados incluyen:

  1. Problemas respiratorios: La inhalación de benceno, formaldehído y partículas ultrafinas puede irritar los pulmones, agravar el asma y provocar tos persistente.
  2. Alteraciones hormonales: Los ftalatos presentes en fragancias sintéticas pueden interferir con el sistema endocrino, afectando el equilibrio hormonal y la fertilidad.
  3. Mayor riesgo de cáncer: La exposición prolongada a compuestos como el benceno y el formaldehído se ha relacionado con un aumento en el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer, como leucemia y cáncer nasofaríngeo.
  4. Toxicidad general: En espacios cerrados, el uso frecuente de velas aromáticas puede elevar la concentración de estos compuestos en el aire, lo que puede contribuir a síntomas como dolores de cabeza, fatiga y mareos.

¿Todas las velas son iguales?

No todas las velas representan el mismo nivel de riesgo. La composición de los materiales y el tipo de fragancias utilizadas juegan un papel crucial en la cantidad y tipo de compuestos liberados al quemarse. Las velas de parafina tienden a liberar más químicos dañinos en comparación con las hechas de materiales más naturales, como:

  • Cera de soya: Un material renovable que produce menos hollín y compuestos tóxicos.
  • Cera de abejas: Una opción completamente natural y no tóxica que también purifica el aire al liberar iones negativos.
  • Velas sin fragancias artificiales: Reducen significativamente la liberación de compuestos potencialmente dañinos.

¿Cómo usar velas de manera más segura?

Si amas las velas y quieres seguir disfrutando de su ambiente relajante sin comprometer tu salud, aquí tienes algunos consejos prácticos:

  1. Elige materiales naturales: Opta por velas hechas de cera de soya, cera de abejas o cera vegetal. Busca productos libres de parafina y fragancias sintéticas.
  2. Ventila adecuadamente: Siempre usa velas en espacios bien ventilados para evitar la acumulación de compuestos químicos en el aire.
  3. Prefiere mechas sin plomo: Algunas velas antiguas o de baja calidad contienen mechas de plomo, que liberan partículas tóxicas al quemarse.
  4. Usa con moderación: Limita la cantidad de velas que enciendes al mismo tiempo y el tiempo que las dejas ardiendo.
  5. Considera difusores naturales: Como alternativa, usa aceites esenciales con difusores que no impliquen combustión para aromatizar tus espacios.

Un estudio realizado por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) mostró que las velas hechas de parafina liberan significativamente más compuestos volátiles orgánicos (COV) que las velas de cera natural. Además, las concentraciones de estos compuestos en interiores pueden ser hasta diez veces más altas que en exteriores, lo que subraya la importancia de tomar precauciones al usar velas aromáticas.

A pesar de su apariencia inofensiva, las velas aromáticas pueden tener un impacto en la calidad del aire de tu hogar y en tu salud a largo plazo. Tomar decisiones informadas sobre los productos que usas puede ayudarte a disfrutar de un ambiente agradable sin exponer a tu familia a riesgos innecesarios.