¿Ansiedad constante o problema cardíaco? El síntoma que muchas veces se confunde con un ataque de pánico

Sentir una sensación repentina de pánico, con el corazón acelerado, dificultad para respirar y un miedo intenso puede parecer, para muchas personas, un ataque de pánico. Sin embargo, estos mismos síntomas también pueden ser señales de algo más grave: un ataque al corazón.

En algunos casos, las personas que experimentan un infarto creen que están teniendo una crisis de ansiedad o un ataque de pánico, lo que puede retrasar una atención médica crucial. Distinguir entre ambos eventos es esencial para recibir el tratamiento adecuado a tiempo.

En este artículo, exploraremos cómo los síntomas de un ataque al corazón y un ataque de pánico pueden ser confundidos y cómo saber cuándo deberías buscar atención médica de emergencia.

¿Por qué se confunden los ataques de pánico con problemas cardíacos?

Los síntomas de un ataque de pánico pueden parecerse mucho a los de un ataque al corazón, lo que genera confusión y miedo. Ambos eventos pueden provocar un aumento repentino del ritmo cardíaco, dificultad para respirar, dolor en el pecho y una sensación abrumadora de malestar. Además, ambos pueden aparecer de manera repentina, sin una causa evidente, lo que complica aún más el reconocimiento.

La confusión es comprensible, ya que tanto los ataques de pánico como los infartos activan respuestas similares en el cuerpo. Durante un ataque de pánico, el sistema nervioso responde como si estuviera bajo amenaza, lo que genera la clásica «respuesta de lucha o huida».

Esto incluye una aceleración del ritmo cardíaco, la liberación de adrenalina, sudoración y una respiración rápida. Por otro lado, en un ataque cardíaco, el flujo de sangre al corazón se ve comprometido, lo que también provoca palpitaciones, dolor y dificultad para respirar.

Similitudes entre un ataque de pánico y un ataque cardíaco

A continuación, se presentan algunos de los síntomas que pueden aparecer tanto en un ataque de pánico como en un ataque al corazón:

  • Dolor o malestar en el pecho: Tanto los infartos como los ataques de pánico pueden causar dolor en el pecho. En un ataque de pánico, este dolor suele ser agudo y localizado, mientras que en un ataque al corazón, el dolor puede ser más difuso, con una sensación de presión o peso en el pecho.
  • Palpitaciones o taquicardia: En ambos casos, las personas pueden sentir que su corazón late de manera acelerada o irregular.
  • Dificultad para respirar: La sensación de no poder respirar bien es común tanto en los ataques de pánico como en los ataques cardíacos. En el caso de un infarto, la falta de aire puede deberse a una insuficiencia del corazón para bombear sangre adecuadamente.
  • Sudoración: La sudoración excesiva es otro síntoma que puede aparecer en ambas situaciones, aunque en un ataque al corazón, el sudor suele ser frío y acompañado de otros signos de malestar físico.
  • Mareos o sensación de desmayo: Los ataques de pánico y los infartos pueden causar mareos, sensación de aturdimiento o incluso desmayos.

Diferencias clave entre un ataque de pánico y un ataque cardíaco

Aunque los síntomas se superponen, hay algunas diferencias clave que pueden ayudarte a distinguir entre un ataque de pánico y un problema cardíaco:

  1. Duración del dolor en el pecho: El dolor de un ataque de pánico generalmente aparece rápidamente y se disipa en unos minutos (aunque puede durar más en algunas personas). En cambio, el dolor de un ataque al corazón tiende a ser persistente y empeora progresivamente. También puede irradiarse hacia otras áreas, como los brazos, la mandíbula, el cuello o la espalda.
  2. Ubicación y tipo de dolor: El dolor en el pecho durante un ataque cardíaco a menudo se describe como una presión intensa o un peso aplastante, mientras que en un ataque de pánico, el dolor suele ser más agudo y localizado.
  3. Síntomas adicionales: Los ataques al corazón a menudo vienen acompañados de otros síntomas como náuseas, vómitos y fatiga extrema. Estos síntomas son menos comunes en un ataque de pánico.
  4. Actividad física previa: Si los síntomas comenzaron durante o después de una actividad física intensa, es más probable que se trate de un problema cardíaco. Un ataque de pánico puede ocurrir en cualquier momento, incluso en reposo.
  5. Antecedentes médicos: Las personas con factores de riesgo para enfermedades cardíacas, como hipertensión, diabetes, colesterol alto o antecedentes familiares de problemas cardíacos, deben estar más alertas ante cualquier dolor de pecho o síntomas similares, ya que tienen mayor probabilidad de sufrir un infarto.

Qué hacer ante síntomas sospechosos

Si experimentas dolor en el pecho u otros síntomas que podrían estar relacionados con un ataque cardíaco, es crucial no ignorar la posibilidad de un infarto. Incluso si crees que podría tratarse de ansiedad o un ataque de pánico, es mejor prevenir que lamentar. Algunas recomendaciones incluyen:

  1. Busca atención médica de inmediato: Si tienes dolor en el pecho persistente, dificultad para respirar, sudoración fría o mareos, llama a los servicios de emergencia. Los médicos pueden realizar pruebas como un electrocardiograma (ECG) o análisis de sangre para determinar si el problema es cardíaco.
  2. No automedicarse: Si sospechas que podrías estar teniendo un ataque al corazón, evita tomar medicamentos por tu cuenta sin consultar a un médico. Algunas personas recurren a tomar ansiolíticos pensando que es ansiedad, lo cual puede retrasar el diagnóstico de un infarto.
  3. Mantén la calma, pero actúa rápidamente: Si bien mantener la calma es clave para evitar que el pánico agrave la situación, actuar de manera rápida y buscar atención médica es vital. Tanto los ataques cardíacos como los ataques de pánico deben tratarse con urgencia, pero un infarto requiere una intervención médica inmediata.

Factores de riesgo para ataques cardíacos

Algunos factores aumentan el riesgo de desarrollar una enfermedad cardíaca y, por ende, de sufrir un ataque al corazón. Entre los principales factores de riesgo se encuentran:

  • Tabaquismo
  • Hipertensión
  • Diabetes
  • Colesterol alto
  • Obesidad
  • Sedentarismo
  • Antecedentes familiares de enfermedades cardíacas

Si tienes alguno de estos factores de riesgo, es importante estar atento a cualquier dolor en el pecho o síntomas relacionados y realizar chequeos médicos regulares para monitorear tu salud cardíaca.

Tratamiento y prevención

Si bien el tratamiento de los ataques de pánico y los ataques al corazón es muy diferente, ambos requieren atención médica adecuada. Si se diagnostica un ataque de pánico, el tratamiento puede incluir terapia cognitivo-conductual, técnicas de manejo del estrés y, en algunos casos, medicación. Por otro lado, si se trata de un ataque cardíaco, es probable que el tratamiento incluya medicamentos, cirugía o procedimientos para abrir las arterias bloqueadas.

En cuanto a la prevención, llevar un estilo de vida saludable es clave para reducir el riesgo de problemas cardíacos y mejorar tu salud mental. Mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente, controlar el estrés y evitar hábitos dañinos como fumar son medidas esenciales para cuidar tanto tu corazón como tu bienestar emocional.

Conclusión: ¿Ansiedad o problema cardíaco?

Si bien los ataques de pánico y los ataques al corazón comparten síntomas similares, es crucial aprender a diferenciarlos para evitar riesgos innecesarios. Si experimentas síntomas como dolor en el pecho, dificultad para respirar o sudoración excesiva, y no estás seguro de qué está ocurriendo, lo mejor es buscar atención médica de inmediato. Tu salud cardíaca es vital, y reconocer los signos de un posible infarto a tiempo puede salvarte la vida.